Soy consciente de que el Verano no se acaba hasta finales de septiembre, pero hay una serie de signos que indican que el Otoño está cerca:
- se acaba la jornada intensiva
- se empiezan a planificar los puentes de Noviembre y Diciembre
- se empieza a planificar la Navidad
- empieza a ser agradable dormir con la sábana sobre las piernas
Normalmente prefiero el verano por encima de cualquier otra estación. El sol, la luz: ¡me dan la vida! pero este año le tengo ganas al Otoño.
He re-descubierto muchas aficiones que tenía medio olvidadas. Y, de ellas, muchas son propias del Otoño.
mmm me estoy dando cuenta de que este post debería llamarse «Hola Otoño» más que «Adiós Verano».
Sé que todas las cosas que he estado haciendo este verano (menos los pocos baños en el mar y piscina) puedo seguir haciéndolas en Otoño y la perspectiva de hacer alguna de ellas con un poquito de frío me resulta francamente interesante.
Me gusta trastear con las fotos. Sentarme en el escritorio, mi nuevo escritorio, y hacer un álbum con ellas, ponerle los nombres, organizarlas por fechas, etiquetarlas y en menor medida retocarlas. Creo que es más afán coleccionista que técnico de imagen. Y siempre me ha llamado más el sentarme delante del ordenador cuando hace frío. En cuanto llega el buen tiempo el cuerpo me pide movimiento.
Soy victima de mi mala memoria (para muchas cosas) por lo que, si no se me olvida, suelo tomar nota en los viajes de lo que hago, hacer miles de fotos, guardar recuerdos… hasta hace muy poco los tenía desorganizados y al cabo de un tiempo terminaba tirándolos. Ahora compongo mis «Cuadernos de Viaje » (hay una entrada que habla de ellos) y todos mis recuerdos están «a salvo» 🙂
Por encima de cualquier cosa me gusta leer. No se muy bien porqué, pero no suelo ponerlo lo primero de la lista de aficiones nunca, pese a que es lo primero de mi lista sin lugar a dudas. En las épocas en las que más leo (estoy concentrada, voy en transporte público un tiempo alto y leo en casa) llego a una media de 100 libros anuales, que se que es una barbaridad. No es leer, es beberme la letra impresa.
Ahora mismo he empezado a leer en otros idiomas, lo que hace que vaya más lenta. Llevo un ciclo de libro en español, inglés y francés. Voy a todas partes con mis agendillas de colores (donde apunto las palabras que no me sé), mi lápiz, la goma de borrar, un boli y una preciosisima pluma (color IVORY) que ha sido un maravilloso regalo y de la que soy una orgullosa propietaria.
Que me disperso….
Leo en el metro, en el autobús, en la cama, en el sofá, sentada en una mesa con un refresco, en una barra con un café, esperando, sentada en el sofá… ¡Leo hasta andando! Además de que soy poco «selectiva» con mis lecturas. Cualquier cosa que caiga en mis manos, básicamente. Creo que ya hice una entrada respecto al tema.
Unas anotaciones adicionales al respecto de los libros en francés: no conozco ningún escritor francés más allá de los clásicos y creo que éstos están por encima de mi nivel. Es por ello que he decidido que voy a leer lo que me apetezca en su traducción francesa. Mi lógica es bien sencilla. Si las ediciones en español son razonablemente buenas porque las traducciones ya lo son. Pues las traducciones al fracés debe ser lo mismo. Así que nada de clásicos ni «lecturas recomendadas». Si me gusta un autor, aunque sea americano, pues me leo la versión francesa y punto 😀
Ahora bien, para comprar libros en francés primero recurrí a la fnac, después a La Casa del Libro y he decidido, aprovechando que hay varios francófonos en mi oficina, hacer pedidos a Amazon.fr, que seguro que son más baratos pero, sobre todo ¡tienen mucha más variedad! A ver que tal sale 🙂
En otoño/invierno es cuando saco mis agujas. Me gusta coser en punto de cruz. Reconozco que como afición está un poco devaluada, pero una vez tienes la habilidad suficiente, puedes desconectar la mente de lo que estás haciendo y mantener una conversación con normalidad e incluso ver la tele. Tengo multitud de proyectos en mente, un par de cojines de colores oscuros, un mantel que me encargaron hace mucho tiempo, un pañuelo….
Muchos proyectos y muy poco tiempo! pero bueno, es algo que está ahi y disfruto mucho.
Pasear. Con el Otoño llegan los abrigos gordos. Los días soleados y secos pero fríos. El que se me congelen la nariz y las orejas (¡si! tengo el morrillo frio :D) y me de pereza salir del calorcito de casa… para luego sonreir feliz paseando por la ciudad.
Esas son mis aficiones en «solitario». Pero lo que más me gusta ahora mismo es que puedo compartirlas.
Que estés sentado a mi lado, en tu escritorio y enfurruñarte porque te hablo y espero respuesta rompiéndote la concentración cada dos minutos….
Que estemos en la cama leyendo e incluso quedarme dormida en tus brazos mientras tu lees….
Pasear de la mano, aunque no te guste, mientras hablamos de cualquier cosa….
Que cocinemos juntos (otra afición de la que todavía no he puesto casi nada!) cruzándonos en la cocina e incluso a veces chocándonos..
Tirarnos en el sofá a ver la tele…
Estoy feliz. Estoy enamorada….